La noticia publicada en un diario de tirada nacional (LA RAZÓN), de tres nuevos casos de violencia doméstica con resultado de muerte, incide directamente en el uso de las estadísticas para la obtención de conclusiones por parte de la Secretaría de Igualdad del PSOE. Justifica Maribel Montaño, su titular, que desciende un 13,3 por ciento el número de mujeres asesinadas en 2005 con respecto al año, pasando de 52 muertes frente a las 60 registradas en el mismo periodo de 2004.
Califica Montaño que es positivo el balance del primer año en vigor de la "Ley Integral contra la Violencia de Género". Si incluyeramos las nuevas víctimas obtendríamos 55 mujeres (sin contar los suicidios, víctimas hombres y menores), una pobre diferencia del 8,3% según estos datos que dificilmente justifica este balance positivo de la ley recurrida incluso al Tribunal Constitucional. La estadística suele ser un instrumento para la justificación de determinados presupuestos, pero nunca de solución de problemas. Si además se parte de unos principios ideológicos llamados de género, difícilmente una ley resolverá un problema desde unas determinadas raíces doctrinarias.
La protección de la familia y de las personas que las componen, poco tiene que ver con la criminalización de uno de los sexos como norma legal, sin siquiera analizar cual es el devenir legal que facilita y promueve la descomposición del matrimonio, sin calcular sus efectos.
http://www.diariosigloxxi.com/noticia.php?id=10513
Califica Montaño que es positivo el balance del primer año en vigor de la "Ley Integral contra la Violencia de Género". Si incluyeramos las nuevas víctimas obtendríamos 55 mujeres (sin contar los suicidios, víctimas hombres y menores), una pobre diferencia del 8,3% según estos datos que dificilmente justifica este balance positivo de la ley recurrida incluso al Tribunal Constitucional. La estadística suele ser un instrumento para la justificación de determinados presupuestos, pero nunca de solución de problemas. Si además se parte de unos principios ideológicos llamados de género, difícilmente una ley resolverá un problema desde unas determinadas raíces doctrinarias.
La protección de la familia y de las personas que las componen, poco tiene que ver con la criminalización de uno de los sexos como norma legal, sin siquiera analizar cual es el devenir legal que facilita y promueve la descomposición del matrimonio, sin calcular sus efectos.
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